martes, 5 de marzo de 2013

1916 - 20.000 Leguas de Viaje Submarino

Las productoras de cine estadounidenses se mudan a la costa oeste de Estados Unidos. En los primeros gateos de lo que un día será Hollywood, una incipiente Universal realiza una adaptación de la novela de Julio Verne, incluyendo asombrosas imágenes submarinas nunca antes vistas.



A principios del siglo XX, muchos productores cinematográficos buscaban huir del influjo y las presiones de Thomas Alba Edison, quien controlaba la industria cinematográfica en la costa este de Estados Unidos. Uno de ellos fue Carl Laemmle, quien en 1915 compró un viejo rancho cerca de Los Angeles y fundó la Universal City, en la que vivía, dormía y trabajaba todo el personal dedicado a sus películas, y que contaba incluso con su propia policía. El buen clima, las horas de luz y los bajos costes atraerían a la misma zona a otros emprendedores del mundo del cine, creando un conglomerado de estudios cinematográficos que más tarde se conocería con el nombre de Hollywood.

Una de las primera películas de los recién instalados Estudios Universal fue 20.000 Leguas de Viaje Submarino, estrenada en 1916 bajo la dirección del británico Stuart Paton. En ella se funden (y se confunden) las dos novelas de Julio Verne que, encuadradas dentro de su serie Viajes Extraordinarios, están centradas en las aventuras y desventuras del capitán Nemo: 20.000 Leguas de Viaje Submarino (1969) y su secuela, La Isla Misteriosa (1874). Ya en 1907 había realizado Méliès, declarado admirador de Verne, su particular versión de 10 minutos. De aquí en adelante, sin embargo, abandonamos ya esos formatos reducidos: la cinta que nos ocupa tiene una duración de una hora y cuarenta minutos. Nada menos.


Desde el título inicial, la producción tiene claro su reclamo: estamos ante la primera película submarina jamás filmada. Esto fue posible gracias a la aportación de los hermanos Williamson, quienes desarrollaron los artilugios fotográficos que permitieron registrar las para entonces pioneras imágenes subacuáticas, y que colaboraron activamente en la película, tal y como se les reconoce al inicio de la misma.

Las imágenes del propio submarino fueron también impactantes para la época, pues aunque ahora nos parezca de lo más habitual, por aquel entonces pocos habían contemplado uno, y menos aún navegando en alta mar. Ya no son ni decorados ni efectos visuales: el mar es real, y la embarcación también. Y el público supo apreciar en su momento el valor de estas escenas. Estaban viendo lo nunca visto.

Pero lo que la cinta gana en el aspecto documentalista, lo pierde en el cinematográfico. El ritmo es lento e insulso, con interminables planos carentes por completo de dinamismo. Se rueda sin estilo, cayendo constantemente en el error de mostrar sin narrar. Se abusa, además, de los textos entre escenas y de los fundidos a negro.


Las primeras imágenes submarinas que se nos muestran están encajadas a la fuerza en el metraje, como pequeños documentales sobre la vida en las profundidades del océano incrustadas en medio de una narración. El capitán Nemo les muestra a sus huéspedes forzosos las maravillas del fondo marino a través de su ventana mágica. Secuencias interminables de peces, corales, tiburones... Varios fragmentos de casi diez minutos de duración cada uno sin el menor sentido de montaje o de ritmo narrativo.

Posteriormente asistiremos a otras escenas rodadas en las profundidades marinas con mayor sentido dramático, como por ejemplo el ataque del pulpo gigante y su pelea con el propio capitán Nemo, si bien se nos exige hoy en día un esfuerzo de imaginación para no fijarnos demasiado en la ingenua encarnación del supuesto octópodo.

Por lo demás, el intento por realizar una película de aventuras llega demasiado tarde, después del exceso de metraje estático con el que se nos ha saturado. Los avatares de los protagonistas en la Isla Misteriosa, así como los flashback en los que se nos explican los orígenes y motivaciones de los personajes, se nos muestran ya, postreros, en la última media hora de película.

A continuación os dejamos la versión íntegra del film con subtítulos en español, para los que queráis satisfacer vuestra curiosidad:



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